SPN 102
Final draft due: July 27, 2001
Composición 1
Source: school/arts/spn202/comp-1.wpd
 

Las Cuatro Estaciones de mi Niñez

Cuando yo era niño, no sabía el tiempo como ahora. Nunca sabía los cambios de las estaciones, pero recuerdo unas pocas cosas que acontecieron.

En el verano no conocía los días de la semana. Mis hermanos y yo jugabamos en el jardín y la arrena si mi padre estaba o no. Solo los domingos nos quedabamos en casa. Yo fuí el primero que fuí a la escuela, y hasta que tenía 10 años mis hermanas gemelas pasaba el mejor parte del día en nuestra casa. Nosotros aprendimos montar en bicicleta cuando teníamos solo cinco años, pero no debíamos andar más del espacio de cuatras casas al este o al oeste sin un padre. En el tarde corríamos por los céspedes descalzados. Al frente de nuestra casa tenemos una roca de granito, más alto de un metro y media. Mis hermanos varones y yo teníamos un juego, "Rey de la Roca". El que podía mantenerse sobre la roca ganaba el juego. Hubo solamente un problema: la roca estaba debajo de las líneas de tensión alta, y los pájaros descansaban allí, y hacían lima sobre nuestra lugar de jugar. Normalmente, el día después de una llovizna la roca estaba limpia.

Algún día por cada año mi madre nos decía, "Mañana es el primer día del año de la escuala. Necesitáis levantaros temprano." Si uno de nosotros necesitaba ser registrado para empezar el curso, salíamos juntos a la escuela en carro; los otros tiempos, caminábamos juntos a la parada del ómnibus amarillo. Después, tipicalmente el sábado siguiente, nuestra madre nos daba ropas nuevas, por ejemplo chaquetas. No necesitábamos llevar estas ropas las primeras semanas, pero después eran útiles. Las árboles se revestían con hojas de otros colores como rojo, amarillo y marrón y después se desnudaban. Rastrillabamos los hojas las noches. Celebrábamos los días feriados. Salíamos a la biblioteca a las 8:00 de la tarde y escogíamos cuentos cortos y ilustrados, y cuando regresábamos a casa mi padre nos los leía. Nos leía otros libros también, por ejemplo The Hobbit de J. R. R. Tolkein y The Lion, the Witch, and the Wardrobe, de C. S. Lewis. Ahora me encantan los escritos de esos autores. Los domingos en la tarde mi padre nos leía cuentos de la Biblia. Cuando él se dormía un poco, nosotros jugábamos con cubos de madera.

Sabíamos que era invierno cuando despertábamos y veíamos la nieve. Yo necesitaba ponerme mis botas, mi chaqueta y mis pantalones insulados, porque era niño y tenía miedo de enfriarme. Cuando había mucha nieve, o si era el primer día de nieva ese invierno, escuchábamos al radio antes de salir. (Los escuelas se cierran cuando hay mucho nieve.) Si la escuela pronto era abierto, íbamos a la casa durante el día, y no podíamos andar en bicicleta o jugar sobre la roca. Hacíamos juegos en casa. Teníamos un juego con el sofá. Sacábamos las almohadas y edificábamos un torre o una barrera. Si nuestra casa estaba frío -- por ejemplo en la mañana -- nosotros nos agregábamos en una manta sobre el apertura de aire caliente. Otras veces saltábamos en la cama, pero si nuestra madre nos veía se enojaba. Poco por poco veníamos a aprender que esta era la estación de navidad. Nuestro padre edificó un árbol, y entre nos nosotros pusimos luces. Las noches nuestro padre nos leía los cuentos de la Navidad.

En el verano yo estaba solo mucho tiempo. Cada año sentía que mis clases eran las más aburridas, y no tenía muchos amigos. Durante los descansos, yo pensaba en naves espaciales, mirando a los charcos y los montañas de nieve en el estacionamiento. En el ómnibus, leía o cantaba. Llovía mucho. Había tornados y lloviznas. Los jóvenes del barrio cruzaban en sus coches y camionetas. Era la estación más peligroso. El proyecto de mis hermanos y yo era eso: nosotros cavábamos un hueco en la tierra detrás de nuestra casa. Otros días explorabamos la selva al este de nuestra calle. Nos divertíamos mucho.

Recuerdo un día particular cuando hacía una llovizna con relámpagos. Tuve solo la mitad del día de clases. Una maestra suplente nos enseñó. Después de las clases, mi padre me dio un aventón, pero no sabía por qué. Es posible que fuimos al médico. Hablamos un poco. Hubo oido que el nombre de la maestra fue "Mrs. Hoe", y a mi padre yo le lo dije. Él no dijo mucho. (Ahora me pregunta si esto fue la verdad. hoe es palabra que significa un implemento del jardín, pero también es grocería; significa ramera. Es posible que a los estudiantes no les gustó, y a ella le dieron un nombre malo.) No recuerdo otro parte de nuestra viaje, pero andabamos (en carro) por un parte diferente del ciudad, que tiene edificios de muchos pisas. Llovió mucho más. Alguíen dijo que se estaba mirando para un tornado. Cuando regresamos a casa, el sótano estuvo inundado. Mi padre sacó sus herramientas, se puso sus botas, y reparó la bomba. Yo lo miré de la escalera.



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