Mi compañero se llama Arlén. Es estudiante de derecho en Cooley. Se despierte a las 6:00 si tiene que estudiar mucho; si no, duerme hasta las 9:30 para relajarse. Necesita leer la ley cada día, pero solo tiene clases los lunes, martes y miércoles. No tiene novia ni amigas divertidas, y por eso no sale frecuentemente. Nomalmente cocina su propio cena y la come a las seis de la tarde. Lee sus escrituras antes de que se descansa a las nueve.
Yo quisiera vivir como mi compañero, pero es difícil hacerlo. Por ejemplo, la profunda noche es buen tiempo para escribir y leer porque hay silencio por todo el campus. Había muchos veces cuando volvía a mi cuarto a las cuatro de la mañana y me ponía cuidosamete en la cama por dos cortas horas.
Prefiero que me levante a las seis. Cada día tengo clases por la mañana. Almuerzo a las doce, comiendo tortillas de maiz o pan de trigo. Tengo un clase a las trés. Me gusta cenar conmigo solo, cocinando algo en mi grán cuenco de ácero, pero a mi novia le gusta cocinar y a veces me invita que cene con ella.
No es mi compañero un robot de inmutable agenda. A veces discubre
un video lindissimo y lo mira cinco o más veces por dos días;
otras veces nos hablan hasta que rompe el alba. Es un buen amigo. La semblacia
de nuestras rutinas lo muestra.